Cortando alas

 In General
Colaborador
César Alejandro Reyes

El pasado 12 de marzo se vivió un día sumido en la tristeza; un clímax de diversas emociones y estados de ánimo se presentó mediante un desbordamiento de personas en movilidad que desesperadamente quisieron cruzar al vecino país de manera “ilegal” (o al menos eso fue lo informado por medios de comunicación locales, nacionales e internacionales).

Término como “ilegal”  puede llegar a desamparar completamente a las personas porque si es ilegal, entonces, ¿es un sujeto sin derechos? Este término que deshumaniza (porque en lugar de unir a la persona a la sociedad la margina de ella) le facilita a los actores políticos manejar los distintos discursos que más les convengan así como emitir expresiones del tipo: “nuestro nivel de paciencia se está agotando” o “podrían llegar migrantes delincuentes a Juárez”, les ha permitido encontrar en las personas en movilidad un chivo expiatorio ideal para culpar de todos los males de la ciudad.

Pero no sólo actores políticos se han expresado con cierto desdén hacia las personas atrapadas en la frontera, sino también otros actores públicos como el presidente de la CANACO: “Migrantes no pueden estar aquí, no es sano para la ciudad”; incluso el presidente de la unión de yonkeros en Juárez señaló que ante el incremento de migrantes en las calles también ha aumentado el robo de metales.

Comentarios emitidos desde el poder que más allá de ir en pro de la “legalidad” y del orden que debiera imperar en la vida social invisibilizan nuestro lado humanista hacia el otro (a) que en condiciones de vulnerabilidad llega a nuestra ciudad (un espacio históricamente construido en la movilidad humana).

Bajo este contexto emerge una desesperación tremenda por conseguir cruzar al vecino país, donde una vez más esas alas terminaron cortadas el pasado domingo en el Puente Internacional Paso del Norte.

Todo sucedió luego de que a través de redes sociales en un grupo de Facebook mediante desinformación se publicó el siguiente mensaje:

CBP ONE (frontera de México)”:    

«Hace dos días pasé por el puerto de paso del norte y el agente del CBP me dijo que por qué hay mucha gente solicitando desde mañana domingo dejarán entrar sin cita. Ojo, sólo las personas con un caso extremo y personas que lleven niños. Así que si estás cerca de esa frontera ve desde mañana o si estás lejos traten de irse para allá. No pierdan esa oportunidad. Yo ya hablé con mi familia que no ha podido hacer cita en CBP ONE. Y ya van para ese puesto fronterizo. Bendiciones»

El mensaje anterior basado en la desinformación movilizó a personas que lo creyeran debido a la desesperanza con la que cuentan por no poder cruzar esta frontera. Dada la concentración las autoridades norteamericanas optaron por cerrar los puentes internacionales alterando de esta manera el cruce que diariamente se realiza. Fue aquí cuando se hizo presente la xenofobia por parte de algunas personas que cruzan “legalmente” por El Paso, Texas a realizar sus diferentes actividades.

Tras la situación las autoridades mostraron que les preocupa con sobremanera las pérdidas económicas que se generan por el cierre de los puentes internacionales, vislumbrando poca intención para idear un plan concreto y bien diseñado, con enfoque de derechos humanos, para atender de manera efectiva el tema migratorio.

La autoridad local no cumple su función y trata de evadir su responsabilidad acusando a la autoridad federal de no brindar los recursos necesarios para atender esta problemática. La autoridad estatal sólo se limita a decir que el tema migratorio se está convirtiendo en una crisis. Y mientras unos y otros evaden sus responsabilidades el tema migratorio sigue manifestándose sin olvidar primero que nada que las personas no son parte de una invasión como lo pudieran llegar a presentar los medios de comunicación con      notas escandalosas acompañadas del discurso político de algunos actores. Son seres humanos en estado de suma indefensión que vienen con familias completas incluyendo a niños y niñas y que por sólo esa razón debemos encontrar aunque nos cueste trabajo, empatía hasta en el lugar más recóndito de nuestro interior. Estoy seguro que todos y todas tenemos algo de empatía sólo hay que detenernos a buscarla ya que la vida estresada ajetreada cotidiana puede llegar a hacernos algo insensibles.

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