Collage de tortura de la civilización

 In General
Colaborador
César Alejandro Reyes

El país que se jacta de ser modelo a seguir y utiliza el estandarte de la libertad como cimiento en la formación de su gran nación (palabras utilizadas por actores políticos), queda descubierto al usar una lábil libertad con la que saca provecho para construir una ilusión y despertar nacionalismos a través del discurso político; pero, como toda ilusión, se destruye al ser impactada por la realidad.

Como se ha visto últimamente, el Estado es el principal ejecutor en la violación de derechos humanos al ser responsable de las violencias ejercidas contra la ciudadanía, a quien se supone debe salvaguardar. El trabajo burocratizado que consta de cadenas de mando, es una amalgama confusa con responsabilidades diluidas entre unos y otros, por consiguiente, conforman un campo fértil para la germinación de violaciones a  los derechos humanos de las personas, como veremos más adelante.

Estados Unidos ha ganado fama por su intromisión en asuntos internos de otros territorios; sus políticos alegan que lo hacen para salvaguardar los derechos humanos en todo el mundo, mas es necesario adentrarnos y analizar de manera crítica. Un claro ejemplo de lo planteado, se observa en un caso local en el epicentro de la libertad. ¿Realmente este país es modelo de salvaguarda de derechos humanos?

El hecho sucedió en una cárcel en Fulton, Atlanta, estado de Georgia, donde Lashawn Thompson fue devorado por insectos. Es algo sorprendente, por demás trágico al ser una situación previsible. Por desgracia, los derechos humanos de una persona fueron cercenados.

La fatal víctima ingresó a la  cárcel del condado de Fulton el doce de junio de 2022 por un delito simple, allí las autoridades se dieron cuenta que padecía problemas mentales, trasladándole a la zona de psiquiatría de la penitenciaría. Durante tres meses la salud de Lashawn empeoró, relató el abogado de la familia de la víctima. Los guardias de la cárcel y otras autoridades no hicieron nada al respecto. Según algunos medios de comunicación, después de un tiempo, una oficial fue por el interno para realizar una evaluación psicológica, percatándose que la víctima no respondía y estaba tendido sobre el inodoro. Según un recluso, el cuerpo tenía heces y piojos. Aunque los médicos hicieron todo lo posible para reanimarlo, ya era demasiado tarde. Su cuerpo ya había luchado durante algún tiempo contra  las heridas  de los insectos. El informe forense determinó que Thompson tenía cortes y lesiones provocadas por las picaduras. Tal era el grave estado en el que estaba infestada la celda, que los forenses tuvieron que entrar con un traje de bioseguridad.

Es doloroso relatar lo anterior por tratarse de la lamentable pérdida de una vida por culpa del Estado inhumano. Y es que, para el sistema económico, una persona estigmatizada es relegada, marginada; queda desposeída de sus derechos humanos y toda dignidad humana. Las condiciones de  las celdas del primer mundo, como en este caso, se encuentran, generalmente en hacinamiento. Este joven preso es  un ejemplo claro de tortura silenciosa, siempre trágica, constatada  por trabajadores del penal que, de manera inhumana, fueron omisos  al sufrimiento de Lashawn, por seguir su jornada laboral en estado de alienación.

En el siglo XXI se siguen presentando casos de tortura, retornándonos a  la Edad Media, puesto que se pensaba que, con el advenimiento de la racionalidad y el método científico, la humanidad  superaría  esa  etapa obscura, adentrándose a un mundo luminoso  que trajera consigo una evolución social donde se contara con condiciones óptimas de empatía entre unos y otros seres humanos. En los hechos, aún se manifiesta el mismo estado de barbarie sólo que ahora el Estado inhumano se camufla en instituciones sociales  (como la cárcel) que distan mucho en su función de apoyar a una óptima reinserción social de los presos, sino todo lo contrario, pareciera ser que el Estado es el principal artífice de su aniquilamiento. El caso del joven Thompson forma parte de un collage de tortura de la civilización.

Es importante incorporar un extracto sobre el trabajo de Sheila López Pérez, titulado Michel Foucault y los conceptos de  sus teorías, donde muestra ideas de manera breve sobre los estudios de Foucault, por ejemplo, sobre las cárceles y su nacimiento como institución social cuya función recae en un control social. A través de las cárceles se legitima el  “estado de excepción” donde el carcelero puede atentar contra los derechos de  la ciudadanía. Según Foucault la cárcel es una institución educativa que enseña a asimilar el sistema (2021).

Es sumamente difícil escribir sobre estos temas tan impactantes donde comprobamos con qué facilidad se hacen añicos los derechos humanos de las personas. Sin embargo, revisar estos ejemplos de acciones inhumanas ayuda a comprometernos aún más con las causas sociales. Cada uno desde su trinchera debe luchar por el irrestricto respeto a los derechos humanos de los grupos vulnerables en la sociedad y, si estos derechos han sido dañados, debemos aminorar los efectos combatiéndolos siempre con un corazón empático y la búsqueda de justicia.

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